TERCERA UNIDAD
TEMA 1: REORGANIZACION ECONOMICA MUNDIAL, REFORMA, MODERNIZACION Y DESARROLLO SOCIAL
La nueva estructura que tendía a imponerse en la economía mundial, significo que países como México pasaran de débil integración a otra de amplio aprovechamiento de las oportunidades que ofrecía el desarrollo de la nueva división del trabajo, abundancia de capital económico en el mercado internacional y el auge petrolero, incorporándose de este modo a la nueva onda expansiva internacional. Las condiciones estructurales de la economía mundial se caracterizaron por:
1-. El requerimiento de un flujo creciente de medios de producción de alta tecnología procedentes del exterior, para hacer frente al aumento de la composición orgánica del capital y a la difusión de los sistemas de la gran industria.
2-. Existió gran demanda de capital de préstamo como resultado de los requerimientos de medios de producción para la industria, los servicios y el suelo.
Los elementos centrales de la crisis económica mundial en la década de los setenta se presento en dos niveles, en un parte tuvo como efecto cortar el largo ciclo de prosperidad de la posguerra durante la cual el mundo capitalista había encontrado crisis moderadas y poco sincronizadas entre los distintos países; también se inicio un periodo de crecimiento inestable y menos elevado que se convirtió en marcadas fluctuaciones de la taza de acumulación de capital, falta de empleo y una notoria intensificación de las presiones inflacionarias. La expansión de los países capitalistas tendía a chocar prematuramente con la sobreproducción, la ruptura del mercado mundial y el desplome del crédito. Esta crisis se amplió en la medida en que coincidían con una disminución de la capacidad de ahorro en los países capitalistas.
Ante todo se presento en esta misma década una contante incidencia de un fenómeno de sobreproducción mundial debido a que las industrias que sostuvieron el largo auge habían llegado a generar un aumento considerable de la producción y de la concurrencia mundial con efectos obvios sobre la rentabilidad de capital, mientras que el crecimiento de la productividad pasaba a una fase descendente, que impedía sostener la tasa de plusvalía, generando la caída de la tasa de ganancia.
El estado mexicano en 1972 dio paso a lo que constituiría una nueva estrategia de intervención estatal, incrementando su participación no solo en la generación de la inversión, sino también en el PIB, llegando a participar para los años de 1975-1976 con el 25% de los servicios financieros, con casi la mitad de los servicios médicos y del transporte aéreo, la totalidad de los sistemas de correos y telégrafos , y casi un 9% de manufactura, esta estrategia de intervención creciente, se basaba en un decidido uso del déficit fiscal, que contribuyo a alimentar el ritmo del endeudamiento tanto interno como externo. Constituyéndose la política de estabilización y alargamiento del ciclo económico que permitía impulsar y fortalecer la demanda en la parte baja del ciclo para que se generaran niveles crecientes de utilización de la capacidad instalada, que permitiría aflojar la tensión del gasto y se contraería la demanda para evitar tanto un sobrecalentamiento del aparto productivo como el que la presión inflacionaria nulificara el nuevo poder de compra, pero esto implicaba un gran aumento en el gasto publico inflacionario.
Es por ello que al iniciarse la década de los ochentas México recobro fuerzas, convirtiéndose en el rubro mas dinámico, arrojando un ingreso anual promedio de 480 millones de dólares, siendo así como el capitalismo mexicano empezó a recibir de manera más amplia y directa el influjo del ciclo mundial de valorización del capital, ubicando al país en una posición de potencia “subimperialista” en la concurrencia mundial, es decir que México empezó a establecer su propia zona de influencia económica, mediante la relación típica de un país industrializado y un país agrario.
Las políticas anticrisis que se implementaron en las décadas de los setentas y se caracterizaron por basarse en un solventado uso del déficit fiscal, que contribuyo a alimentar el ritmo del endeudamiento tanto interno como externo del país, en cambio para los ochentas México recobro fuerzas y empezó a establecer su propia zona de influencia económica, mediante la relación típica de un país industrializado y un país agrario. Determinando la apertura de condiciones, de integración al mercado mundial llegando a figurar a la cabeza de la lista de los deudores más confiable para préstamos bancarios entre 1978- 1980.
Por tal razón, los gobiernos de los periodos de 1982 -1994 convencidos de que México debería generar una política diferente ante el proceso de globalización de la economía, debido a que se estaba dando una creciente disfuncionalidad en su política de intervención económica, generando un inmenso impacto recesivo, así como la dificultad para lograr una reactivación rápida como se dio en 1972 por el sobreendeudamiento y el desgaste de los instrumentos típicamente inflacionarios, el gobierno mexicano tomo la decisión de configurar una política económica que vinculara al país a la economía internacional integrándose en un bloque comercial con Estados Unidos y Canadá.
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